La trata de personas: la esclavitud moderna*
*Por Senador Daniel Ávila Ruiz
El 30 de julio el mundo dedicó el día a conmemorar los esfuerzos internacionales para eliminar la trata de personas, así como a reforzar la atención de las víctimas y crear conciencia sobre la magnitud y terribles consecuencias de este delito.
La trata de personas se refiere al reclutamiento, transporte, traslado y manutención de una persona contra su voluntad, por medio de la fuerza y el engaño, con el fin de explotarla. El fin más conocido es la explotación sexual, pero no es el único; las motivaciones pueden ser, por ejemplo, vender, rentar y usar a la gente para actividades laborales, extraerles órganos, o mantenerlos en servidumbre forzada.
El carácter ilícito de la trata de personas explica que no se conozca la magnitud real de este flagelo. Sin embargo, organismos internacionales ofrecen algunos datos. La Organización Internacional del Trabajo, por ejemplo, señala que existen por lo menos 20 millones de niños forzados a trabajar, y en 2012 la Oficina de la Organización de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) indicó que en el mundo 59% de las víctimas de trata son mujeres y 17% niñas. Además, según UNODC, al hablar de trata el mundo puede clasificarse por regiones; en África y Asia existen más casos de explotación laboral, en tanto que en Europa y América predomina la sexual. Añade que la trata para el tráfico de órganos subsiste en por lo menos 16 países. Finalmente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que la trata de personas es el tercer negocio más lucrativo en el mundo, solo después de la venta de drogas y armas, y que genera cerca de 32 mil millones de dólares anuales.
México forma parte del círculo de naciones que enfrenta la trata de personas. Según UNODC, nuestro país es fuente, lugar de tránsito y destino para la trata de personas, en su mayoría con fines de explotación sexual o laboral.
Además, de acuerdo con la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y la Trata de Personas, las personas más vulnerables son mujeres, niñas, indígenas e inmigrantes. La Fiscalía señala que, por ejemplo, ha habido un incremento en el número de mujeres del este de Europa y de Centroamérica que han sido víctimas para delitos sexuales. Y se calcula que más de 20 mil niños mexicanos han sido secuestrados con el mismo propósito, la mayoría -pero no todos- se encontraba en situación de calle. El turismo sexual es ya un grave problema para México, en particular en Acapulco, Cancún, Tijuana y Ciudad Juárez.
En nuestro país, legisladores, autoridades y sociedad civil hemos realizado diversos esfuerzos para combatir la trata de personas, pero los resultados nos alertan sobre la necesidad de fortalecer todas las acciones no solo para evitar la trata, sino para atender, de manera integral, a las víctimas y sus familias. En el plano legislativo, desde 2012 contamos con una Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas que, si bien provee mecanismos y herramientas para atacar este delito, requiere de una revisión conforme tengamos más datos y un mejor diagnóstico sobre su utilidad.
Las dependencias del Gobierno federal, así como gobiernos locales han instrumentado programas y proyectos para rescatar a las víctimas, pero es claro que muchas siguen sin ayuda de las autoridades. Y quizá uno de los temas más urgentes es que asistan a las víctimas una vez rescatadas: se sabe, por ejemplo, que muchas de ellas salen del círculo de la trata con problemas de adicción y que les es muy difícil el camino a la convivencia con su familia y comunidad, así como a la integración laboral.
Este mes dediquemos tiempo a educar a nuestros niños y jóvenes sobre las medidas de prevención de la trata, e invitemos a cualquier persona que tenga información sobre víctimas a denunciar. No sólo es un tema de conciencia; es de responsabilidad.
*Columna publicada originalmente en El Sol de México [agosto 4, 2014]