• Día Internacional de la Alfabetización*

    El 8 de septiembre de cada año se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de la Alfabetización. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), por alfabetización se entiende, hoy en día, una continuidad de competencias que permite a las personas lograr sus objetivos en el trabajo y en la vida diaria.


    Un documento distribuido esta semana por investigadores del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República abunda en las cifras mundiales, regionales y nacionales en materia de alfabetización. Señala que, de acuerdo con la Unesco, a nivel mundial 781 millones de adultos no tienen las competencias básicas en lectura y escritura. De ellos, 64 por ciento son mujeres.

    Entre 2000 y 2015, señala Unesco, la tasa de analfabetismo a nivel mundial se redujo ligeramente al pasar de 18 a 14 por ciento, lo que significa que todavía no se ha cumplido el objetivo de Dakar de reducir a la mitad la tasa de analfabetismo prevista en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

    Entre los niños no escolarizados, las niñas tienen más probabilidades que los varones de no asistir nunca a la escuela: 48 y 37 por ciento, respectivamente. Sin embargo, los niños varones tienen más probabilidades que las niñas de abandonar los estudios, 26 contra 20 por ciento, respectivamente. Además, una vez matriculadas, las niñas tienen más probabilidades de llegar a los grados superiores.

    De acuerdo con Unesco, la mayor parte de los programas de transferencias de efectivo han tenido efectos positivos en la escolarización, la asistencia y deserción escolar.

    Sin embargo, éstos no siempre mejoran los resultados educativos de los grupos vulnerables. Algunos datos sobre América Latina y el Caribe lo muestran: En 2010 solo 8.3 por ciento de la población analfabeta participaba en programas de alfabetización, lo que indica que la oferta de políticas públicas en la materia es insuficiente en relación con las necesidades de la población. Además, casi 50 por ciento de la población que participa en dichos programas, se retira antes de que termine.

    En el caso de México, a pesar de los enormes esfuerzos de inversión que se han hecho, 5.4 millones de personas mayores de 15 años no saben leer ni escribir. 2.1 millones son hombres y 3.3 millones son mujeres. Seis estados del país concentran cerca de 53 por ciento de la personas analfabetas en México (2.8 millones); estos son: Veracruz (11.5 por ciento), Chiapas (10.2 por ciento), Estado de México (8.6 por ciento), Oaxaca (7.8 por ciento), Puebla (7.5 por ciento) y Guerrero (6.9 por ciento).

    De los cerca de 5.4 millones de indígenas que hablan sus propias lenguas casi millón y medio (27.3 por ciento del total) no sabe leer ni escribir español. De éstos, el 64.6 por ciento son mujeres.

    En México, el nivel de escolaridad promedio es de 8.6 años, y para las personas de 25 a 64 años de edad es de 7.4 años, el más bajo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Lo anterior a pesar de que el gasto que México destina a la educación es, en promedio, mayor al que el que invierten los países que conforman esta Organización.

    Mucho de lo que acontece respecto a la calidad de la educación de la población tiene que ver con la distribución que hace de ese gasto. Según el Panorama de la educación 2014 en nuestro país el gasto anual promedio por estudiante desde primaria hasta la educación superior es el segundo más bajo dentro de la propia OCDE y países asociados: Más grave; a mayor parte del gasto se dirige a la remuneración del personal administrativo y docente (cerca de 83 por ciento del total).

    A los 5.4 millones de mexicanos mayores de 15 años que no saben leer ni escribir, se suman 26.8 millones que no tienen educación básica completa. Así, tenemos que el rezago educativo afecta a 32 millones de personas, esto es, a 37 por ciento de los mexicanos mayores de 15 años.

    Estos datos, someros, demuestran los enormes retos que tenemos en el mundo y en México para planear y asistir los avances en materia de alfabetización. Es tarea del Estado, en todos los poderes y niveles de gobierno, pero también de los padres, escuelas, maestros y familias. Recordemos que la alfabetización es motor esencial del desarrollo sostenible, es un derecho humano y es la base no solo de todo aprendizaje, sino del bienestar de familias y sociedad.

    * Publicado en El Sol de México [septiembre 14, 2015]

    Foto: ieejag.com.mx

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