Dar Voz: Eduquemos a nuestros hijos con amor y valores*
Las cifras de menores internados en centros y con tratamiento externo representan un reto para las políticas públicas en materia de juventud y una fuerte llamada de atención para las familias mexicanas.
El Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistemas Penitenciarios Estatales 2013 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), informó que diez mil 583 menores formaban parte de la población en los centros de tratamiento para adolescentes. Además, diez mil 048 adolescentes estaban en tratamiento externo derivado de conductas ilícitas.
A escala nacional, los principales delitos asociados a los jóvenes en los centros de tratamiento fueron: robos no tipificados (3,339); robo a casa habitación (1,753); diversos delitos del fuero común (1,292); robo a transeúnte en la vía pública (754); robo a vehículo (682) y homicidio (535) en ese mismo lapso.
De acuerdo a estadísticas del año 2012, las entidades federativas con mayor número de adolescentes en centros de tratamiento por conflictos con la Ley fueron Distrito Federal (2,016), Nuevo León (1,151), Sonora (1,046), Jalisco (1,032) y Baja California (971). En contraste, los estados con menos registros de este tipo fueron: Oaxaca (50), Baja California Sur (44), Michoacán (27), Yucatán (22) y Campeche (13).
Entre los agentes que influyen para la incidencia de la delincuencia juvenil están: el entorno individual, familiar, factores escolares, sociales, comunitarios, socioeconómicos y culturales.
La situación de los menores en conflicto con la Ley ha tenido un avance con la puesta en marcha de la Ley Federal de Justicia para Adolescentes. Con esta legislación se reconocen sus derechos especiales por no alcanzar aún la mayoría de edad, de acuerdo con la las normas nacionales y las directrices internacionales.
Sin embargo, es necesario subrayar que la prevención de conductas indeseables en los menores se encuentra fundamentalmente en el hogar. Tengamos presente que la familia es la base de la sociedad y que es donde los niños aprenden los valores que normarán su vida.
Cuidemos a nuestros hijos, eduquémoslos con amor y principios morales para poder tener una sociedad más sana en el futuro.
*Columna publicada originalmente en elpuntocritico.com [julio 3, 2014]