
Promover el turismo para crecer y disfrutar*
Por naturaleza, los hombres gustan
de ver cosas nuevas y de viajar
Plinio El Joven
Sabemos que México goza de una riqueza cultural, geográfica, histórica, natural, biológica y gastronómica con pocos símiles en el mundo. Gozamos de panoramas que hacen de nuestra tierra un imán fascinante, tanto para nosotros como para quienes nos visitan desde otros países.
No sorprende, por ello, la relevancia que tiene el turismo para nuestra nación: aporta cerca de 9% de nuestro crecimiento económico y es la tercera fuente de ingresos, solo después de la venta de petróleo y de la recepción de remesas. En algunos estados, como Quintana Roo y Baja California Sur, los ingresos generados por las actividades turísticas representan entre 35 y 48% de sus actividades económicas. En mi estado, Yucatán, el beneficio es también alto, pero queda mucho por hacer.
Yucatán se caracteriza por poseer grandes atractivos turísticos de importancia mundial, entre los que destacan su legado histórico precolombino, zonas arqueológicas, haciendas de la época del auge henequenero, playas, puertos, cenotes, selvas y un ecosistema que concentra una gran diversidad de flora y fauna, además de su mundialmente celebrada gastronomía.
En 2012, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la principal actividad económica de Yucatán se concentró en el sector terciario (comercio, servicios turísticos y transportes) y representó 64% del PIB estatal. Sin embargo, las actividades turísticas, que tanto apoyan al desarrollo y crecimiento, no se distribuyen de manera satisfactoria en su territorio.
Una de las zonas que es necesario promover, con inversiones y programas de apoyo en materia de turismo, es la región del litoral oriente, que incluye los municipios de Buctzotz, Calotmul, Cenotillo, Espita, Panabá, Río Lagartos, San Felipe, Sucilá y Tizimín.
Si bien las actividades productivas más importantes de esta región son la ganadería y la pesca, existe un gran potencial turístico y poco a poco los habitantes de estos municipios han ofrecido servicios enfocados al ecoturismo.
Los municipios de Río Lagartos y San Felipe, principalmente pesqueros, se encuentran a tan sólo dos horas y media de las ciudades de Cancún, Tulum y Mérida, y gozan de un estero, reserva ecológica en el orden federal, mundialmente famoso por sus concentraciones de flamencos rosados. Además, existe una gran extensión de manglares que son refugio para gran variedad de peces, crustáceos y moluscos, cocodrilos, aves migratorias, tortugas marinas, armadillos, mapaches, monos araña, ocelotes, venados cola blanca, panteras e, incluso, jaguares. Pocos lugares cuentan con tal riqueza.
Las playas y la reserva natural que poseen los municipios de San Felipe, Río Lagartos y Tizimín son un atractivo no sólo para el turismo local, sino para el nacional e internacional. Existe una gran oportunidad de inversión y fomento turístico.
Las manifestaciones culturales son otro aspecto único que la zona del oriente de Yucatán ofrece a su gente y a los visitantes nacionales e internacionales. Menciono, por ejemplo, la celebración de festividades, ritos y tradiciones, como las vaquerías, que son bailes regionales con música de orquestas jaraneras en donde las mujeres lucen lo mejor del traje regional y los hombres hacen gala del orgullo yucateco.
Es necesario promover las actividades turísticas en México, y aprovechar la riqueza de zonas, como el oriente de Yucatán, que aún tienen mucho que dar y mucho que desarrollar. A la inversión, se deben sumar acciones de difusión que, con respeto a la naturaleza y a la forma de vida de la población local, impulsen el turismo sustentable para beneficio de la población local. Con ese propósito, presenté en el Senado de la República un exhorto a la titular de la Secretaría de Turismo nacional, al titular del Poder Ejecutivo del estado de Yucatán y al titular de la Secretaría de Fomento Turístico del estado de Yucatán, para que se lleven a cabo acciones conjuntas que promuevan el turismo en la región oriente del estado. Daremos seguimiento a sus acciones.
Termino con una cita de Paul Morand, un culto diplomático y escritor francés: “un viaje es una nueva vida, con un nacimiento, un crecimiento y una muerte, que nos es ofrecida en el interior de la otra”. Coincido con él en que es un regalo que debemos aprovechar.
*Artículo publicado originalmente en El Sol de México [abril 21, 2014]