Oda a la maternidad*
Le regalo a mi mamá una sonrisa de plata
que es la que alumbra mi cara cuando de noche me tapa…
Le regalo a mi mamá una caperuza roja
por contarme tantas veces el cuento que se me antoja…
Le regalo a mi mamá una armadura amarilla
que la proteja del monstruo que espanta en mis pesadillas…
Le regalo a mi mamá el lenguaje de los duendes
por entender lo que digo cuando nadie más lo entiende…
Juan Guinea Díaz
La historia de las celebraciones a las madres es larga; hay memoria de ellas desde la antigua Grecia, en donde se rendían honores a Rea, madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. También, los romanos celebraron a Hilaria, cada 15 de marzo. Durante el siglo XVII, en Inglaterra, dedicaban un día al año, denominado “Domingo para servir a la madre”. Y desde principio del siglo XX una mujer, Ana Jarvis, inició desde Estados Unidos una amplia campaña a fin de destinar un día anual para honrar a las madres.
En la actualidad, la mayoría de las naciones cuentan con un día que celebra la maternidad; en México, según algunos recuentos, la fecha es el 10 de mayo gracias a la iniciativa de Rafael Alducín, entonces director de El Universal, que a partir de 1922 apoyó la iniciativa de José Vasconcelos de dedicar un día a las madres mexicanas.
La verdad es que de manera frecuente, en muchas familias en todo el mundo, honrar a las madres se limita a un regalo, comida o visita de un día. A menudo, ese día es el único en que hacemos honor a la maternidad, con independencia del contacto que tengamos con ella -frecuente o escaso, cálido o indiferente, generoso o impuesto. Y en muchas naciones tenernos grandes deudas con las mujeres en general y con la maternidad en lo particular. Expongo aquí algunos datos sobre ello:
-No protegemos a las niñas y adolescentes.. Según datos de la Organización Mundial de la Salud cada año 14 millones de adolescentes en el mundo se convierten en madres; más de 90% de ellas viven en países en desarrollo.
-Según el Fondo de Población de Naciones Unidas, cerca de 19% de las jóvenes en países en desarrollo se embarazan antes de los 18 años.
-La misma fuente explica que anualmente ocurren 3.2 millones de abortos inseguros entre adolescentes y que cerca de 70,000 mueren en dichas naciones por causas relacionadas con el embarazo y el parto.
-La Organización Mundial de la Salud indica que entre los países desarrollados Estados Unidos es el que tiene la tasa más alta de natalidad adolescente; en 2011 se registraron 329 mil 722 partos entre adolescentes de 15 a 19 años de edad.
-Cada día mueren mil 600 mujeres y más de 10 mil recién nacidos por complicaciones previsibles del embarazo y el parto.
-Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2010 cerca de 72% de las mujeres mexicanas de 15 años y más habían tenido por lo menos un hijo vivo; en 2012 el promedio de hijos por mujer en nuestro país fue de 2.2. Y aunque la mayoría de ellas son atendidas por un médico durante el parto, las mujeres indígenas y rurales aún confrontan riesgos de consideración, pues hasta 16% de ellas solo tienen acceso a parteras que, si bien cuentan con experiencia, carecen de las condiciones y herramientas para asistirlas en caso de emergencia.
-Los estados que registran las tasas más atas de fecundidad son Chiapas, Guerrero y Oaxaca, con más de 2.5 hijos vivos por mujer frente a promedio de 1.8 en el DF.
-Según Inegi, si bien la gran mayoría de los partos son atendidos por un médico, en 2013 16% de los partos en zonas rurales ocurren con ayuda de parteras, en las viviendas de las mujeres en parto.
-En nuestro país, apunta Inegi, cada año ocurren alrededor dee 468 mil116 nacimientos de madres entre 10 y 19 años.
-El Observatorio de la Mortalidad Materna sostiene que la probabilidad de morir por causas obstétricas es 5 veces más alta en el sureste d México que en el norte; que 34%v de las muertes ocurren en localidades pequeñas, con menos de 2 mil 500 habitantes y que la tasa de mortalidad materna entre mujeres sin escolaridad es cinco veces mayor a la de mujeres con estudios superiores.
México tiene una fuerte deuda con las mujeres que son madres, en particular en el sureste del país. Pero todos tenemos una deuda aún mayor con las madres en nuestras familias, comunidades y localidades. A todas ellas, con un fuerte abrazo, en particular para mis paisanas, las madres yucatecas, brindo honor tomando prestados estos versos de la Madre Teresa de Calcuta:
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar, pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar, pero no pensarán como tú.
Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, sueñen,
vivan, canten y piensen
¡Estará en ellos la semilla del camino enseñado y aprendido!
* Publicado originalmente en El Sol de México [mayo 11, 2015]
Foto: lasfloresmolan.com