• La preservación del patrimonio histórico es una tarea legislativa. El caso de Tizimín, Yucatán.

    La historia es el estudio de los acontecimientos del pasado relativos al hombre y las sociedades humanas y cómo han cambiado a través del tiempo. La historia nos narra los secesos del pasado ordenados cronológicamente y verificados con los métodos más modernos de la crítica y las leyes científicas. De ahí que se le considere a la historia como una verdadera ciencia.

    Es una forma también del arte, puesto que la historia es considerada como parte importante de la literatura y decimos esto porque la literatura tiene dos grandes formas de expresarse: la épica y la lírica. Como la Ilíada y la Odisea, relatos épicos y mitológicos de Homero, el gran narrador griego. Ello explica en forma somera porque quien hoy se dedica a la historia puede decirse que es un científico y al mismo tiempo un poeta.

    En cada cultura, en cada región del mundo encontraremos siempre las raíces de esos pueblos a través de su historia épica, como la Biblia considerada como el libro más importante de la literatura hebrea; o el libro de los muertos de los egipcios, o el Gudrún y los Nibelungos que narran historia y mitologías de las primeras culturas nórdicas de Europa, así como los Sutras y los Vedas de los hindúes. Entre el pueblo maya aún perduran historia contenidas en el Popol-Vuh y el Chilim Balam.

    De esta forma, la historia como ciencia se ocupa de la tarea de analizar algún acontecimiento o una serie de acontecimientos en un periodo de tiempo y en un espacio geográfico determinado. En nuestro caso se trata de un espacio local, lo que engendra un problema que atañe a los historiadores: ¿Cómo abrir la historia local

    *Texto publicado en el libro “La preservación del patrimonio histórico es una tarea legislativa. El caso de Tizimín, Yucatán.” (28 de Febrero de 2018)

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