
La Navidad, tradición que fortalece a la familia y la solidaridad humana*
“Naranjas y limas limas y limones aquí está la Virgen de todas las flores.
En un jacalito de cal y de arena nació Jesucristo para Nochebuena”.
La Rama
Independientemente de la creencia que cada quien profese, o de la ausencia de religión, hay celebraciones que resaltan la convivencia de familias y amigos: la Navidad es una de las más significativas. Es también una época en la que se reviven tradiciones que hablan de nuestra identidad y que conviene preservar.
Se llama tradición al conjunto de bienes culturales que se transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Son las costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones, como parte indispensable del legado cultural.
Entre las tradiciones de estas fechas destacan las posadas, con sus piñatas, sus aguinaldos, sus letanías, sus juegos, sus luces de bengala, sus cohetes y sus dulces y bebidas, como el ponche, que llenan de felicidad a nuestros niños.
Las posadas, en recuerdo del peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén mientras buscaban un lugar para alojarse y esperar el nacimiento del niño Jesús, son parte central de las tradiciones en pueblos y barrios. En éstos, se celebran cada día en una casa diferente, que se utiliza como punto de reencuentro.
Esas tradiciones fueron introducidas por los evangelizadores en la Nueva España en la segunda mitad del siglo XVI.
La piñata simboliza el pecado, por eso siempre es colorida y atractiva, pues presenta la tentación mundana como algo tentador. Generalmente una piñata es en forma de estrella con siete picos, en referencia a los siete pecados capitales.
A la piñata hay que pegarle con un palo, que significa la fuerza que Dios da en su evangelio para luchar contra el pecado. La persona que le pega a la piñata tiene los ojos vendados y, por lo tanto, debe adivinar dónde está la piñata, lo cual representa que en el mundo vamos a “ciegas” contra el mal que la fe ayuda a vencer al mal. Al momento que se rompe la piñata, caen los dulces y frutas que están dentro de ella, simbolizando los premios y bendiciones al vencer el pecado.
w La Rama
En el sureste de México, durante la segunda y la tercera semana de diciembre, existe la hermosa tradición de “La Rama”, que consiste en que los niños recorren en grupos las calles.
Los menores suelen cargar una rama o una palma adornada con globos y la imagen de la Virgen de Guadalupe o de algún santo. Tocan puertas y cantan de casa en casa con la ayuda de sonajas hechas por ellos mismos, cantan y piden “su aguinaldo”, es decir, dinero y regalos, con el canto previo de un villancico, que dice:
“Me paro en la puerta, me quito el sombrero
porque en esta casa vive un caballero.
Vive un caballero, vive un general
y nos da permiso para comenzar.
“Naranjas y limas limas y limones
aquí está la virgen de todas las flores.
En un jacalito de cal y de arena
nació Jesucristo para Nochebuena.
Si los niños reciben dinero o regalos cantan:
“Ya se va la rama muy agradecida
porque en esta casa fue bien recibida
Pasen buenas noches, así les deseamos,
Seguimos cantando, seguimos andando”.
Pero si no les dan, cantan así:
“Ya se va la rama muy desconsolada
porque en esta casa no le dieron nada”
Durante esta época revivamos nuestras tradiciones y mantengamos el espíritu de alegría y solidaridad. Felices fiestas.
*Artículo publicado originalmente en El Sol de México [diciembre 23, 2013]