• Endeudamiento

    Endeudamiento y margen de maniobra en el Legislativo*

    Daniel Ávila Ruiz

    Hace unos días, el Ejecutivo por vía de la Secretaría de Hacienda entregó el Paquete Económico 2017.

    Algo de llamar la atención ha sido la insistencia del Gobierno federal en enfatizar el recorte en el gasto. Y también establece la necesidad de lograr un superávit primario. Lo anterior significan ingresos totales, menos gastos totales, excluyendo el pago de intereses de la deuda.

    En contrapartida, fuera y dentro del mismo Congreso se manifestaron diversas posturas para discutir el Presupuesto 2017. Desde fuera, por ejemplo, el Centro Coordinador Empresarial (CCE) postuló la necesidad de realizar un ajuste adicional de 220 mil millones al gasto; casi al mismo tiempo, el nuevo titular de la Secretaría de Hacienda señalaba que ya no hay espacio para realizar un mayor recorte, a la vez que enfatizaba que el paquete 2017 “ya no es para el pago de intereses”.

    Al interior del Senado, El Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (GPPAN) presentó un punto de acuerdo, mediante el cual señala: “El Paquete Económico 2017 que se apruebe no debe aumentar la deuda pública y para ello se requiere aplicar un recorte presupuestal en comunicación social, gasto corriente y gasto en servicios personales de la Federación, evitando recortes en programas sociales, de investigación científica, de educación, salud o de infraestructura”.

    Ernesto Cordero, secretario de Hacienda durante el Gobierno de Felipe Calderón, resaltó: “El país está en una situación delicada, es necesario maniobrar para evitar una crisis (de endeudamiento)”, por lo que el recorte al presupuesto puede considerarse positivo.

    Si en términos generales un recorte en el gasto público no es una buena noticia, es necesario no perder la perspectiva negativa que actualmente presenta la calificación de la deuda en México en el mercado financiero internacional. Esto, como consecuencia del crecimiento de la deuda pública, el deterioro del saldo en cuenta corriente y las expectativas de incremento en las tasas de interés en Estados Unidos.

    De acuerdo al Centro de Estudios de las Finanzas Públicas en su documento Análisis y Evolución de la Deuda Pública; la deuda del sector público ha crecido 12.8 puntos porcentuales del PIB entre 2010 y 2015. Pasó del 31.8 a más del 44.6 por ciento del PIB en el mismo periodo.

    Si bien la deuda ha crecido, el hecho de que el Gobierno esté en endeudamiento, no es positivo o negativo. Lo relevante es el uso que se dé al endeudamiento, su ritmo de crecimiento y la capacidad de pago. Se trata de un problema de administración de flujos y no de stock. Por lo que es necesario tener claridad sobre el perfil que actualmente presentan nuestras finanzas públicas.

    Antecedentes del endeudamiento

    En 2014, desde la Cámara de Senadores, durante la discusión de la Ley de Ingresos 2015, y en el marco de la Reforma Financiera, una significativa parte del GPPAN se manifestó en contra del proyecto económico en lo general.

    Señalamos a partir de diferentes argumentaciones en torno a tres desacuerdos básicos desde entonces en mi grupo parlamentario respecto a la propuesta de ley enviada por el Ejecutivo: contra los altos niveles de endeudamiento,  homologación de impuestos en zonas fronterizas y el alza en precios de las gasolinas.

    Es momento de recordar que se trata de factores que aún prevalecen y que en su momento volveremos a argumentar en tribuna, junto a la necesidad de fortalecer la confianza en la economía de México.

    *Publicado en El Sol de México [septiembre 19, 2016]

    Foto: cdnmundo1.img.sputniknews.com

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