El “pepino de mar”: un tesoro en las costas yucatecas*
*Por Senador Daniel Ávila Ruiz
La semana pasada hicimos del conocimiento de la opinión pública nacional la situación de violencia que, en recientes días, han sufrido cooperativistas y pescadores yucatecos, en particular los dedicados a la captura del “pepino de mar”. En compañía del senador Ernesto Ruffo Appel, integrante de la Comisión de Pesca y Acuacultura, demandé a las autoridades federales que brinden la protección necesaria a los pescadores organizados que ejercen su labor de forma legal.
Los cooperativistas que trabajan en los litorales de Yucatán hicieron de nuestro conocimiento que en días pasados fueron víctimas de agresiones físicas, psicológicas y amenazas a su integridad física por parte de grupos que practican la pesca furtiva. Los principales afectados pertenecen a los municipios de San Felipe y Río Lagartos, territorios que dependen en gran medida de la pesca de especies como escama, langosta y pulpo.
Se sabe que la pesca ilegal es realizada por pescadores, tanto yucatecos como de otros estados, que están coludidos con bandas criminales y que han amenazado a pescadores legales. Esto ha originado que las sociedades cooperativas y permisionarios privados, se organicen con los pocos medios con los que cuentan para vigilar los litorales de los pescadores furtivos.
Según datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), Yucatán concentra el 95.69% de la pesca de pepino de mar a nivel nacional. Además, de a cuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en 2010 el valor de la captura pesquera alcanzó 63.76 millones de pesos en Río Lagartos, y 46.18 millones de pesos en San Felipe.
De acuerdo con INEGI, al 2010 el estado de Yucatán ocupaba el primer lugar nacional en la producción de pulpo, mero, rubia y tercer lugar nacional en producción pesquera de langosta y esmedregal. También, INEGI detalla que en 2012 se capturaron 36 mil 539 toneladas de productos marinos, de las cuales el pulpo ocupó el primer lugar, con 17 mil 551 toneladas; el mero, el segundo sitio, con 9,461 toneladas; y la rubia y la villajaiba el tercero, con mil 511 toneladas. El pepino de mar es una mina de oro, pues se capturaron el mismo año 861 toneladas.
La demanda internacional del “pepino de mar” asciende a 10 mil toneladas anuales, siendo los principales consumidores países como China, Vietnam, Tailandia, Corea del Sur, Estados Unidos, México, Japón, Singapur y Marruecos.
Yucatán concentra el 95.69% de la pesca de pepino de mar en los 12 estados donde se permite su aprovechamiento: Conapesca calcula que durante la temporada de pesca 2013, en Yucatán se produjeron mil 689 toneladas de “pepino de mar”, de las mil 765 de todo el país.
En Yucatán la autorización de las autoridades federales para pescar “pepino de mar” se otorgó en 2012, y se estableció que ésta se realizaría por etapas de captura y veda. Tenemos noticias sobre el respeto que muchos pescadores y varias cooperativas de San Felipe, Río Lagartos, Tizimín y El Cuyo han mostrado hacia las disposiciones administrativas y las medidas para conservar la especie. Sin embargo, también sabemos que hay intereses que, con tal de monopolizar la pesca y venta del “pepino de mar”, agreden a otros pescadores, aún si son legales.
En disputas como esta, la responsabilidad es de las autoridades competentes, esto es, del Estado. La principal función del Estado es precisamente garantizar que las personas, en el marco de la legalidad, puedan ejercer su oficio y procurar su bienestar en condiciones de seguridad. Es hora de que el estado, federal y estatal, cumpla sus funciones.
*Publicado originalmente en El Sol de Mexico [junio 6, 2014]