
El mar: sustento, familia y comunidad*
El mar dará a cada hombre una
nueva esperanza, como dormir le da sueños
Cristóbal Colón
*Por Senador Daniel Ávila Ruiz
La protección de los recursos marinos y el bienestar de las comunidades pesqueras requieren de esfuerzos conjuntos entre pescadores, autoridades y legisladores. La pesca en México, como en muchas partes del mundo, se enfrenta a la creciente sobreexplotación, la extinción de diversas especies, grupos criminales y mafias que violan las reglas para la captura y la comercialización, así normas insuficientes y baja capacidad de las autoridades para hacerlas valer.
Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), tres cuartas partes (o 75%) de los recursos pesqueros en el mundo alcanzaron su nivel máximo de explotación sustentable y 30% de los peces en el mundo están en riesgo de extinción. Ello coloca a millones de familias y comunidades que viven de la pesca y su comercialización en grandes peligros presentes y futuros, pues no solo se elimina su fuente de sustento, sino que enfrentan condiciones cada vez más difíciles y riesgosas para llevar a cabo sus actividades. Por un lado, porque para obtener sus productos realizan viajes y búsquedas en lugares lejanos y peligrosos, y por el otro, porque ante la escasez enfrentan mafias que hacen de la ilegalidad su forma de vida.
Con ello en mente, la semana pasada presenté a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una iniciativa de reformas y adiciones al artículo 420 del Código Penal Federal, en materia de recursos pesqueros. Junto con los senadores Carlos Mendoza Davis y Ernesto Ruffo Appel propusimos incrementar la pena de 2 a 9 años, y de mil a veinte mil días multa a quien de manera ilícita explote, acopie, transporte o comercialice más de 10 kilogramos de abulón, langosta, camarón, erizo, almeja generosa y pepino de mar, así como las cantidades permitidas de marlín, pez espada, sábalo, pez gallo y totoaba, entre otras.
En México tenemos grandes riquezas marítimas, tanto animales como de flora, pero también hay cada día más especies vulnerables. Lo cierto es que por ambición, falta de planeación, visión de futuro, regulación y vigilancia estamos acabando con el alimento de millones de personas y de millones de pescadores.
En mi estado pesca y comercialización del pepino de mar es uno de los grandes retos. Por ello, a principios de junio de 2014 denuncié, junto con otros legisladores, los excesos de la pesca furtiva y la agresión que enfrentan pescadores legales frente a depredadores ilegales en El Cuyo, San Felipe, Río Lagartos y Tizimín.
La tarea de los legisladores es generar leyes que minimicen la ilegalidad y contribuyan a evitar la extinción de nuestros recursos naturales. Pero es responsabilidad del gobierno federal, de los gobernadores y presidentes municipales competentes garantizar que se cumplan las leyes, para proteger a las personas, garantizar que en el marco de la legalidad, puedan ejercer su oficio, y procurar su bienestar en condiciones de seguridad.
*Columna publicada originalmente en El Sol de México [julio 28, 2014]