• Dar voz: Comunicación e intercomunicación responsable: los retos frente a la salud*

    *Por Daniel Ávila Ruiz

    Vivir en un mundo interconectado, con permanente e inmediata comunicación, tiene grandes beneficios: hablamos, conocemos a gente en “el otro lado del mundo”, escuchamos ideas nuevas, nos entusiasman imágenes e idiomas que desconocemos. La cercanía que generan los medios, redes, conexiones e insumos tecnológicos, sin embargo, nos pone frente a nuevos retos.

    Uno de los que más me asombran es el bombardeo de información acerca de tantos temas, que la gente deja de procesar. Otro: es tan rápido moverse de un lugar a otro que junto con los beneficios encontramos desafíos; la salud por ejemplo.

    En el siglo XVI, el del descubrimiento de América, el correo “urgente” entre Madrid y Barcelona se llevaba al menos 10 días. Y a principios del siglo XIX (1800s) tomaba poco más de un mes viajar en barco desde Cádiz, España, hasta Veracruz. Hoy recorrer por avión el mundo, incluyendo conexiones, puede hacerse en menos de 2 días.

    Con la intercomunicación, desde siempre, hemos aprendido y recibido beneficios. Y costos. Las ratas y la rabia, así como diversas enfermedades, por ejemplo, llegaron a América Latina en los primeros barcos españoles. A España llegaron plagas en las siembras desde nuestro continente.

    Todo esto tiene que ver con las noticias sobre un par de enfermedades que en los últimos días han capturado la atención de varias naciones y de la Organización Mundial de la Salud: el ébola y la chikunguya. Según la OMS, la enfermedad causada por el virus ébola se presenta sobre todo en las aldeas remotas de África occidental y central, se transmite a través de animales salvajes y personas infectadas y tiene un índice de letalidad de 90%. A la fecha, si bien se están llevando a cabo pruebas con distintos medicamentos, no existen vacunas o tratamientos efectivos para curar o asistir a los enfermos.

    Respecto de la chikinguya la OMS señala que es una enfermedad transmitida por mosquitos a los seres humanos (el mismo mosquito responsable de la transmisión del dengue). Se caracteriza por provocar fiebre, dolores musculares y de cabeza, náuseas, cansancio y problemas en la piel. No existe tratamiento para este mal, por lo que sólo se asiste a los enfermos a lidiar con los síntomas y dolores. Se identificó por primera vez en Asia y África, pero desde 1997 ha habido brotes en Europa y sabemos que ya ha infectado a gente en todo el continente latinoamericano.

    La OMs emite de manera permanente boletines informativos sobre el estado y evolución de las enfermedades contagiosas más importantes en el mundo, así como recomendaciones para que las naciones y las personas eliminen los riesgos de epidemias y accedan a fármacos de última generación. Sus especialistas se basan en los datos que le proporcionan gobiernos y médicos en todo el mundo.

    La OMS, hasta el momento, señala que el ébola no es epidemia, pero que hay gente en riesgo; los habitantes de varias naciones africanas y personas que hayan viajado a ellas. La chikinguya es una enfermedad más desafiante, puesto que ya se ha presentado en muchos países, pero no es una epidemia.

    En México tenemos práctica con enfermedades transmitidas por mosquitos, particularmente en el sur del país -con climas cálidos y húmedos- donde la gente hemos trabajado para evitar criaderos de mosquitos -como los que se producen en agua encharcada- y para cuidarse de las picaduras de insectos.

    La era de la comunicación y la interconexión debe servir para informar y trabajar por la salud. ¡Informa  a tu familia y a tu comunidad, y comparte datos sobre las condiciones de limpieza, desinfección y protección de la gente que amas!

    *Columna publicada originalmente en elpuntocritico.com [agosto 26, 2014]

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