• Belisario Domínguez Palencia, ejemplo de la valentía y responsabilidad legislativa*

    Belisario Domínguez, con su heroico sacrificio, ganaba para la Revolución la conciencia moral del pueblo mexicano
    Silvia González Marín

    El presente año el Senado de la República recordó dos efemérides magnas de un mexicano que, con valentía y honestidad, llevó el trabajo legislativo a su máxima expresión (a costa de su vida): 150 años del natalicio y centenario del martirio del Senador Belisario Domínguez Palencia. Por este motivo la Cámara alta declaró 2013 como el “año de Belisario Domínguez”.

    En 1863 nació en Comitán, por entonces la segunda ciudad con mayor población de Chiapas, pero con atraso económico y desigualdad social. La situación a escala nacional no era alentadora, ya que México vivía la intervención francesa. El joven Domínguez estudió en el Instituto de Ciencias y Artes en San Cristóbal Las Casas, donde cursó hasta la preparatoria y en 1879 decidió viajar a Europa para continuar su formación en la Escuela de Medicina de París. En 1889 recibió su título de Médico Cirujano, Partero y Oculista. De regreso a Chiapas contrajo nupcias con Delfina Zebadúa, y tuvieron cuatro hijos: Matilde, Hermila, Ricardo y Carmen. No obstante, la tragedia llegó a la familia con la muerte de su esposa en 1903.

    Tiempo después inauguró en Comitán la farmacia “Fraternidad”, que ofrecía precios especiales a la gente de escasos recursos, por lo que la comunidad le dio muestras de afecto. Además de su labor social, el médico Belisario Domínguez publicó un escrito llamado “Chiapas”, en el que denunció la miseria de la población de esa entidad pese a sus riquezas naturales, y responsabilizó a los malos gobernantes por dicha situación. Al año siguiente fundó el periódico El Vate que circuló por Comitán y lanzó críticas al Presidente Porfirio Díaz y al gobernador de Chiapas. Cabe señalar que el nombre del periódico consistía en las letras iníciales de las ideas que lo influenciaban: virtud, alegría, trabajo y estoicismo. Antes del inicio de la revolución don Belisario enfrentó públicamente al gobernador Pimentel cuando se incautaron los fondos de la Junta de Beneficencia de Comitán, y logró que se devolviera el recurso.

    Partidario de la causa de Francisco I. Madero, Belisario Domínguez ganó la elección a la Presidencia Municipal de Comitán en 1911; cuya gestión es recordada por las obras realizadas para el abastecimiento de agua potable, la instrumentación del servicio de limpia en las calles, la rehabilitación del hospital civil, la reorganización del cementerio, el combate a la plaga de langosta, la construcción de nuevas escuelas y emplear a los presos en obras públicas, entre otras. Un año después es elegido Senador suplente por el estado de Chiapas. En ese cargo se desempeñaba cuando inició la decena trágica que tendría como consecuencia la caída del gobierno electo y el asesinato del Presidente Madero y de José María Pino Suárez. En esos días el médico Domínguez asistió a heridos en los combates que hubo en la Ciudad de México, y ante la muerte del Senador Leopoldo Gout, Belisario Domínguez asumió el cargo en la XXVI Legislatura.

    En siete meses de gestión como Senador, Belisario Domínguez se consolidó como un líder opositor de la dictadura de Victoriano Huerta y, junto con otros legisladores como Serapio Rendón, Adolfo C. Gurrión, Iglesias Calderón y Eduardo Neri, usó la tribuna para denunciar al gobierno ilegítimo. En sus discursos Belisario Domínguez alertó de las provocaciones del régimen huertista al gobierno estadounidense y del riesgo de una invasión, cosa que efectivamente sucedió. También responsabilizó a Huerta del asesinato de Madero y Pino Suárez. Como consecuencia, Domínguez fue interceptado por hombres fieles a la dictadura y asesinado salvajemente el 7 de octubre de 1913. Huerta disolvió el Congreso y gobernó de forma tiránica hasta 1914, cuando triunfaron las fuerzas constitucionalistas de Venustiano Carranza.

    El legado de Belisario Domínguez como legislador es levantar la voz ante los casos de injusticia y usurpación del Estado de derecho. Por esta razón, cada año la Cámara alta le rinde un homenaje con la entrega de la presea que lleva su nombre y que es entregado a ciudadanos mexicanos destacados por su valor cívico.

    *Columna publicada en El Sol de México [noviembre 4, 2013]

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