“Eliminar delitos electorales, tema pendiente de la democracia”
Por: Daniel Gabriel Ávila Ruiz
A los mexicanos nos ha costado bastantes décadas lograr elecciones confiables. Elementos como el sufragio universal, voto secreto, listado nominal, credencial de elector, tinta indeleble, entre otros, han sido desarrollados a través de los años para dar certeza a los comicios. No obstante, aún prevalecen conductas tipificadas como delitos, las cuales deben ser erradicadas de nuestra cultura democrática.
El día de la elección los mexicanos no están exentos de padecer los efectos de errores de los funcionarios de casillas que puedan causar confusión en los resultados finales, robo o quema de urnas, así como actos violentos propiciados por grupos criminales. En dicho contexto es importante diferenciar entre delitos electorales federales y locales, por lo que se debe observar qué tipo de elección está vulnerándose, a fin de presentar una denuncia.
Candidatos y partidos políticos son los actores más proclives de ejercer este tipo de ilícitos, aunque cualquier ciudadano puede ser responsable de cometerlos. Por tanto, la Ley debe ser respetada y sancionar a quienes impidan de forma libre el sufragio. Dichos actos llegan a incidir en los resultados finales, por lo que son antidemocráticos e ilegales, lo cual puede dañar el tejido social.
Es importante que quienes aspiran a un cargo de elección popular y las preferencias no los favorezcan sean proclives a aceptar la derrota. De hecho, por el número de partidos políticos y candidatos participantes, es más probable perder que ganar unos comicios. Por ello, la mesura, honestidad y participar con valores deben ser los principios con los que se deben conducir quienes ejercen una candidatura.
Ante el proceso electoral que los mexicanos estamos viviendo frente debemos cuidar la elección, debemos fortalecer la cultura de la denuncia y evitar caer en situaciones que pongan en peligro la democracia. Además, las autoridades deben ser responsables y castigar con todo el rigor a los ciudadanos que perjudiquen el acontecer de la jornada electoral.
No sólo están en juego las candidaturas a Presidente de la República, Senadores, diputados federales y autoridades locales; sino que la confianza en las instituciones y la valoración de la democracia también son valorados.
El fraude y las artimañas deben desaparecer de los procesos electorales, superarlos será un proceso de madurez ciudadana. Estos cambios son posibles debido a que los ciudadanos cuentan ahora con tecnologías de la información para reportar o tener evidencias de actos ilegales durante los comicios. Este 1 de julio asiste a tu cita a las urnas y no dejes que nadie manipule tu voto.
*Senador por Yucatán. Presidente de la Comisión de Reforma Agraria, Secretario del Comité Directivo del Instituto Belisario Domínguez y la Comisión Bicamaral del Canal del Congreso e integrante de las comisiones de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico, Turismo, Juventud y Deporte.
*Nota publicada en El Sol de México (Martes 3 de Julio de 2018)
Violencia preelectoral: amenaza a la democracia
Por: Daniel Gabriel Ávila Ruiz
Como pocas veces en la historia de México, la contienda electoral está empañada de violencia. Han ocurrido diferentes casos de homicidios, amenazas y renuncias de candidatos; lo cual vulnera el ideal de la democracia y sus valores, como la paz, el respeto y la tolerancia, entre otros. Los asesinatos de candidatos han afectado a todos los partidos políticos, al tiempo de generar inestabilidad e incertidumbre en torno a los próximos comicios.
La violencia preelectoral afecta de forma especial a los ciudadanos, ya que impide el desarrollo de las campañas políticas y con ello inhibe la posibilidad de escuchar las propuestas de quienes aspiran a contender por un cargo público. Es una forma de dañar el tejido social en las diferentes comunidades, al tiempo de desprestigiar a nuestra democracia.
Los sucesos violentos que han conmocionado a los mexicanos meses previos a los comicios del 1 de julio están también bajo la óptica de todo el mundo, por lo que organismos internacionales -entre ellos la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)- están preocupados por el alto número de dirigentes, políticos, precandidatos y periodistas asesinados en nuestro país.
Un detalle que considerar es que no existe consenso acerca del total de personas vinculadas a actividades políticas que han sido asesinadas en los últimos meses. De acuerdo con el Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, el total asciende a 34 el número de decesos violentos en candidatos, los cuales han ocurrido en 11 entidades federativas, Guerrero, Guanajuato y Jalisco son las demarcaciones más afectadas.
Sin embargo, otras fuentes como la consultora Etellekt señalan hasta 93 homicidios de políticos, con mayor frecuencia en los cargos municipales. En ambas fuentes las acciones de la delincuencia organizada o problemas personales -incluyendo aspectos pasionales- han sido los móviles de las agresiones.
Ante estos hechos, el Poder Judicial tiene la obligación de dar certeza a los mexicanos, por lo que se debe investigar estos crímenes, a fin de que no queden impunes y que los responsables cumplan su condena de acuerdo a las leyes que nos rigen.
Si bien es importante que las autoridades realicen actividades de prevención de ilícitos y custodiar a los candidatos, es también necesario que tanto aspirantes a cargos de elección, dirigentes y partidos políticos realicen propuestas pacíficas, sin encono ni crispación. Las elecciones son de todos los mexicanos, y como tal, debemos llevarlas en paz y civilidad.
El daño social ya está hecho, y estos comicios serán recordados por el alto número de asesinatos contra políticos y candidatos, algo que se debe erradicar y que nunca más tengamos episodios de violencia en nuestro país.
Senador por el PAN