Vuelos comerciales EU-Cuba: ¿qué con el turismo mexicano?
El pasado martes 16 de febrero representantes de Cuba y de Estados Unidos firmaron un memorando para reanudar los vuelos comerciales directos entre ambos países. El entendimiento sobre aviación civil permitirá el restablecimiento de hasta 110 viajes diarios a La Habana y a otros nueve aeropuertos internacionales de la isla.
Según el documento, se ofrece la posibilidad de realizar hasta 20 vuelos regulares diarios entre aeropuertos estadunidenses y La Habana, y hasta 10 al día a las otras terminales aéreas en las provincias cubanas.
Los destinos incluidos en el documento son los aeropuertos de Camagüey, Cayo Coco, Cayo Largo, Cienfuegos, Holguín, Manzanillo, Matanzas, Santa Clara y Santiago de Cuba. Además se analizan futuras solicitudes de parte de las autoridades de Estados Unidos para aumentar el nivel del servicio.
De acuerdo con Brendon Belford, responsable del sector de Aeronáutica en el Departamento de Transporte estadunidense, esa misma semana se abriría el proceso para invitar a las empresas aéreas a presentar documentos para la atribución de frecuencias y éstas tendrán de plazo hasta el 2 de marzo de este año para presentar sus solicitudes en caso de estar interesadas en las rutas aéreas.
Con ello se espera que las autoridades del sector estén en condiciones de tomar una decisión al final del verano boreal, en términos de cuáles empresas y cuáles ciudades estadunidenses darán servicio hacia Cuba.
Un dato importante es que casi inmediatamente después de la firma del convenio, aerolíneas como American Airlines, JetBlue, Delta, United Airlines o Southwest expresaron oficialmente su interés por obtener alguna de las frecuencias aéreas para los vuelos diarios pactados hacia La Habana.
Según algunos expertos, es muy posible que el intercambio comercial se haga una realidad en el otoño de este mismo año, por lo que es necesario pensar y evaluar el efecto que esta apertura de viajes entre Cuba y Estados Unidos tendrá para el sector turístico mexicano y, en particular, para el del Caribe, fundamentalmente porque el grueso de los turistas internacionales que visitan México provienen de Norteamérica.
Un botón de muestra: en 2015, de 14.6 millones de personas que ingresaron al país en vuelos internacionales, 8.4 millones provenían de Estados Unidos y 1.7 millones de Canadá, es decir, 69.2 por ciento del total de pasajeros que llegaron a México vía aérea eran de estos dos países.
Ahora bien, centrándonos solamente en los estadunidenses, éstos representan prácticamente 58 por ciento de los turistas aéreos, y de ellos, aproximadamente, 43 por ciento llega a alguno de los aeropuertos de la península de Yucatán, principalmente a Cancún y Cozumel.
Se estima que el gasto promedio de los 3.6 millones de estadunidenses que visitaron la península en 2015 fue de mil 200 dólares por viaje por persona; con ello podemos darnos una idea de la importancia de este turismo para nuestra región.
Desde la inauguración del aeropuerto de Cancún en 1973, se ha buscado y consolidado el desarrollo de la región como polo turístico, un esfuerzo de más de cuatro décadas que debemos preservar.
Necesitamos preguntarnos: ¿la región del Caribe mexicano y la península de Yucatán en su conjunto están preparados para enfrentar una competencia con la mayor isla de las Antillas?
Entre las consideraciones que quizá debamos tener en cuenta para analizar esta nueva situación geopolítica y comercial a la que se enfrentará el turismo en nuestro país se encuentran:
Primero. El tan ansiado reencuentro de un fuerte grupo de cubanos norteamericanos con sus raíces, sus lazos familiares y su historia que provocarán, sin duda, un boom de viajes a Cuba por parte de estos ciudadanos de Estados Unidos.
Segundo. La curiosidad y la novedad que despierta el poder acceder a un mundo prohibido para los estadunidenses hasta el momento. En ese sentido, ya se están viendo algunos cambios que están aumentando el turismo en Cuba: visitantes norteamericanos están llegando a la isla para conocerla antes de que sea alterada por el desarrollo; este factor ha incrementado 36 por ciento la cifra de turistas de Estados Unidos entre los primeros cinco meses de 2015 y el mismo periodo de 2014.
Tercero. Los beneficios que ofrece un dólar fuerte y, según algunos expertos, la posible disposición de la industria aérea para ofrecer por un tiempo tarifas bajas para crear rutas y asegurar una cuota de mercado hacia la isla. En ese mismo tenor existe cierta incertidumbre respecto a si las aerolíneas estadunidenses desviarán aviones a nuevas rutas con Cuba para crecer el mercado.
Cuarto. Cuba tiene playas que compiten en belleza con las del Caribe mexicano y presentan costos mucho más bajos que los que tenemos en el país.
Quinto. Desde 2013 Cuba ha recibido varias inversiones relacionadas con la industria de la hotelería y quizá la competencia no sea solamente en cuanto a ingresos por turismo, sino también en cuanto a inversionistas en infraestructura, servicios y, en general, de desarrollo turístico.
Sexto. El restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba traerá otras consecuencias que quizá sean más inmediatas, por ejemplo en la industria de cruceros; al parecer la infraestructura portuaria es más dúctil a la inversión y mejoramiento.
Así que la probabilidad de que líneas de cruceros que llegaban a México abandonen nuestros puertos y se acomoden en los cubanos es real, tanto por la proximidad entre Cuba y la parte continental de Estados Unidos, como por los problemas de inseguridad y violencia que experimenta nuestro país.
Ahora bien, no todo es desventaja. Actualmente el tamaño y la calidad de la oferta turística en Cuba es inferior a la de México; los turistas que llegan anualmente a la isla son equivalentes a los que llegan solo a Cancún.
La tecnología informática y la de comunicación son de empleo escaso, deficiente o caro, el uso de tarjetas de crédito o débito es restringido o nulo, los servicios de las agencias turísticas estatales o mixtas registran fuertes deficiencias aún, igual que el emergente sector privado; su infraestructura hotelera aún está en expansión y requiere de fuerte inversión.
Por otra parte, aunque el entendimiento sobre aviación civil firmado por los dos países abre la puerta a que Cubana de Aviación pueda operar en el futuro vuelos a destinos en Estados Unidos, las autoridades locales coinciden en que eso no ocurrirá en el corto plazo, ya que el servicio hacia y desde Estados Unidos por parte de aeronaves cubanas aún deberá obtener licencias del Departamento del Tesoro y la división de Seguridad del Departamento de Comercio, y cumplir normas del Departamento de Transporte.
Otra restricción al entendimiento firmado es que los viajeros estadunidenses aún tendrán que cumplir con al menos una de las 12 categorías para ser autorizados a viajar a Cuba.
Esto le brinda a México tiempo para prepararse, poner en orden las prioridades de inversión en el sector, revisar sus planes de crecimiento, diversificación y precios para darle un manejo más competitivo a la industria turística nacional.
* Publicado en milenio.com [febrero 27, 2016]
Foto: aerolatinnews.com
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